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Las aulas del siglo XXI

Estriptis de la Educación Pública

Un libro de Carmen Soledad García Gutiérrez

No hagáis nada, no podréis ya moveros, están los” cuerpos”, totalmente maquinados estructurados y colectivizados para mantener el sistema de forma estratégica. O sea, que han creado súbditos profesionales, fieles cuerpos de policías, de bomberos, de maestros, personal de salud, de justicia, Administración… Con la maquinada idea de mantener el sistema monetario.

Digamos, que los” cuerpos” laborales son el principal eslabón qua va a alimentar el nuevo ORDEN económico MUNDIAL.

Un orden laboral, caótico, encolerizado, irracional, histérico, enfermo, autómata, injusto, ininteligible, individual, que va hacia ninguna parte que no sea el consumo en las nuevas catedrales del Siglo XXI, los grandes centros comerciales, las grandes superficies , grandes cadenas de hoteles, gran consumo de productos elaborados en serie, ideados para cuerpos autómatas.

Ópticas, productos farmacéuticos, consumo de marcas de muebles y zapatos… tabacos, cadenas hoteleras etc. Todo va dirigido a la mente de ciudadanos de países supuestamente industrializados y “desarrollados” aparentemente.

Donde el verdadero progreso es ya algo más que cuestionable.

¡BIENVENIDOS AL CUERPO!

Poema: Rigidez.

Cuerpos rígidos
andando hacia ninguna parte.
Topándose con escaparates de lujo
de maniquís ortopédicos
con ojos de cristal y sin alma.

Cuerpos rígidos
reflejados en los cristales
asustándose de su propia identidad
¿A dónde voy? me vuelvo
Y me reflejo de nuevo
¿A dónde voy? ¿A dónde vas?
¿A dónde vamos?

Deambulando solitarios
Buscando que comprar, que consumir, que alquilar
qué adoctrinar.
¡Idiotez humana!
¡Desfachatez!
Observo, con paso meditabundo
la danza cultural y de consumo.
Y me provoca…
¡Pena!

¡Individuos, individuos!
de enfermiza individualidad.
De cuerpos rígidos,
andando hacia ninguna parte.
Topándose con escaparates de lujo
de maniquís ortopédicos
Con ojos de cristal
Y alma de látex.

¡BIENVENIDOS al “cuerpo”!

Solo ya cabe la sumisión laboral. Ahora ya saben para lo que sirven y para qué fueron profesionalmente diseñados.
¿Han intentado rebelarse alguna vez, en contra del sistema? ¡Háganlo! Y sientan sus consecuencias.
¡Bienvenidos al “cuerpo “!
¿Lo he dicho ya alguna vez?

Papeles, papeles, papeles, más papeles, burocracia, normativas, leyes de protección para protegernos del propio sistema, caos, desorden, dejadez, desgana, tedio…debilidad. Y programas informáticos de locos y para locos.
¿Aún no se han dado cuenta de que nuestro trabajo consiste principalmente en atender, educar, querer y enseñar a los niños?

Es urgente, hablar de niños, de niños y niñas que cada día aprenden menos y cada día también están más encolerizados, enfadados con el mundo, tristes, y sin ilusiones.
Pensemos en colectivo sobre el problema general que nos está suponiendo la conducta de nuestros alumnos. Lo que hasta hace poco eran casos concretos de nerviosismo y falta de atención, ahora se ha transformado en una conducta generalizada, hasta el extremo de que impartir una sesión de diez minutos de clase se ha convertido en un auténtico reto, en un drama profesional, diría más bien, que en un auténtico nuevo arte. El de permanecer con los niños actuales dentro de Las Aulas del Siglo XXI.

Pero más adelante hablaremos de todo lo relativo a nuestros niños.
El “cuerpo” es lo que nos interesa en este capítulo.
Aún en medio de tanta teoría de caos debemos ser capaces de percibir cada mañana las sonrisas y miradas perdidas de los alumnos y tratar de no eludirlas Correspondiéndoles con atenciones, dedicación y el mayor grado de armonía que nos sea posible ante tanto nerviosismo y desastre. Tengo la sensación de haber tenido “alma de elegida “para sacar a relucir los temas realmente importantes, convirtiéndome de este modo en la “ovejita negra” de los grupos de maestros. Los temas delicados requieren tiempo para ser tratados, estudiados y más tiempo aún para posteriormente ser resueltos.

Eso exige, en primer lugar tiempo, después reflexión, trabajo en definitiva y responsabilidad. Y ya al colectivo del “cuerpo”, quizá sea demasiado pedirle.
En otras muchas ocasiones, he sentido ser la “oveja roja” de cada centro donde he estado. Por haber pasado casi las dos primeras décadas laborales reivindicando y manifestando quejas por la mejora de las condiciones laborales del “cuerpo” de los maestros.
Siempre sentí soledad ante las injusticias, las protestas incesantes que me planteaba sola ante los paranoicos destinos, de un lado hacia otro, los salarios mínimos del profesorado interino, el eterno problema de las bajas de aquellos que ya íntegramente pertenecen al “cuerpo”.
Viví las reivindicaciones en las dependencias de los sindicatos de enseñanza provinciales, hice llamamientos a la huelga de las madres interinas, reivindiqué, me quejé, denuncié, protesté.
Siendo por ello catalogada, y excluida siempre de entre mis compañeros y compañeras más próximos. Hoy ante un estado de calma y enriquecimiento espiritual absoluto, entiendo, que la exclusión era una auténtica visión de mi misma, en espejo. Todos me excluían porque jamás me sentí dentro del sistema.

Era yo misma la que me excluía de él. Hoy lo entiendo todo, gracias a que siempre estuve fuera .No fue ni bonito, ni agradable, ni placentero, ¡pero mereció la pena!

Puedes sentirte extraño, distinto, además de sentirte en demasiadas ocasiones humillado, desvalorizado y apartado de los demás, por el insignificante hecho de salirte del redil, de pensar diferente, de actuar diferente, de trabajar diferente. Y ahora ante la EVIDENCIA de la necesidad de creación de un nuevo sistema educativo, que se haga cargo del nuevo modelo de Ser Humano…

Prefiero las reflexiones en solitario, transformadas en palabras escritas que no hace mucho tiempo fueron vivencias.

Ahora no importa ya sentirse la “ovejita morada” por tener que soportar con elegancia y paciencia los parloteos ridículos de todos aquellos que en alguna ocasión, se burlaron de una forma diferente de tratar a los niños, de maneras distintas de enseñar, o de criticar contundentemente lo que hoy ya es clarividencia, ante un sistema educativo, ridículo, dominador, adoctrinador, que sustenta seres en potencia, derivados a la inercia conductual.

¡Ahora estoy completamente segura de que jamás les hice el trabajo sucio al sistema!

Ahora tengo, el resto de mi vida para sentirme satisfecha ante el respeto que ocasionaban en mí todas las familias que he tenido que atender a través de sus hijos.
Ahora, ya me acostumbré a la defensa solitaria de la educación pública que me permite mirar de frente, y sonreír agradecida, por la calle, cuando los niños me dicen al pasar, ¡Seño! ¡Maestra!

Y te hacen sentir esa Reina en mayúsculas que ellos te ven. Bienvenidos al” cuerpo”, queridos maestros. Es ya una realidad que les han convertido en emisarios de un sistema educativo borreguil, estático e inamovible. Ahora soy yo la que me siento orgullosa de haber sido siempre “CUERPO DIFERENTE”. Bienvenidos a la consciente manipulación laboral colectiva, de generar niños en serie.

Y te hacen sentir esa Reina en mayúsculas que ellos te ven. Bienvenidos al” cuerpo”, queridos maestros. Es ya una realidad que les han convertido en emisarios de un sistema educativo borreguil, estático e inamovible. Ahora soy yo la que me siento orgullosa de haber sido siempre “CUERPO DIFERENTE”. Bienvenidos a la consciente manipulación laboral colectiva, de generar niños en serie.